Imagen del autor
H

oy recordamos 9 años de la respuesta más contundente del soberano pueblo boliviano en contra la prórroga de mandato y las ambiciones del ex gobernante E.V.A., vale la pena recordar que fue un evento crucial en la historia política boliviana, que demostró la importancia de la institucionalidad y la democracia.

Recordando que el referéndum se llevó a cabo un domingo 21 de febrero de 2016, y los resultados fueron: 51,3% de los votantes se pronunció en contra de la reelección presidencial, mientras que el 48,7% lo hizo a favor. La participación electoral fue del 85,5% del padrón electoral, a pesar que este último fue altamente cuestionado desde entonces.

Con una campaña electoral previa al referéndum, que estuvo marcada por la polarización y la intensa debate sobre la conveniencia de permitir la reelección presidencial. Los partidarios de la reelección argumentaron que E.M.A. “había llevado a cabo importantes transformaciones económicas y sociales en el país, y que su continuidad en el poder era necesaria para consolidar estos logros” (al final toda una maquinaria de despilfarro).

Por otra, el trabajo de una sociedad consiente, comandada por plataformas y algunos partidos opositores al régimen del MAS que en toda parte de la campaña solo busco que se respete la Constitución Política del Estado sobre todo el respeto al Artículo 168° que señala que; el periodo de mandato de la presidenta o del presidente y de la vicepresidenta o del vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua. Tal cual figuraba en aquella papeleta.

Nueve años después que vemos al modelo implantado por el MAS claramente agotado y también agotada la paciencia de la gente, por los desatinos económicos, carestías, inflación, mentiras, soberbia, papelones internacionales, inseguridad ciudadana, narcotráfico. Entonces bien podemos afirmar que la ruta de marco el 21 F en relación defensa de los principios de la democracia dio como resultado una población más consciente.

Es de seguro que esta gran reivindicación de los valores democráticos del pueblo boliviano del 21 F del 2016, se dejen pasar por el feriado próximo del Carnaval y todas sus actividades. Como también del gobierno de turno amparado en la convocatoria cuasi forzosa de un sector de la población, usando la propaganda falsa de que “el país está bien”, quera minimizar aquella fuerza del movimiento ciudadano que está a una década de su conmemoración.

Es necesario señalar que la sociedad boliviana se ha convertido en el mayor y más decisivo actor de la vida política del país, que es tan fuerte que pueden resistir a los intentos de concentrar el poder. Con una sociedad dispuesta a defender la democracia y decirles no a los intentos dictatoriales.