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sta semana sucedió lo anticipado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump: la desclasificación de documentos relacionados con el asesinato de John F. Kennedy. Esto ha reavivado una de las teorías que cobró más persistencia en la historia moderna, la posible implicación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en la muerte del mandatario más joven que tuvo el país del norte.

Por otro lado, dentro de estos archivos hay una revelación que para Bolivia tiene un peso muy particular: la existencia de una base secreta de la CIA en La Paz durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro. Pero, ¿qué significa esto para la historia boliviana y hasta qué punto encaja dentro de una intervención estadounidense en América Latina?

Secretos oficiales guardados por décadas. El asesinato de John F. Kennedy en 1963 no sólo marcó un punto de inflexión en la política estadounidense, sino que también dio pie a incontables teorías de conspiración. Por muchos años se supo que Lee Harvey Oswald, un exmarine con simpatías por la Unión Soviética y Cuba, actuó solo al disparar contra el presidente desde un edificio en Dallas, Texas. Sin embargo, los documentos recientemente desclasificados de manera oficial sugieren que la historia podría haber sido mucho más compleja.

Estos archivos revelan que la CIA tenía un interés especial en Oswald mucho antes del asesinato. Un documento de la Mary Ferrell Foundation señala que la agencia estuvo al tanto de cada uno de los movimientos de Oswald meses antes del asesinato, esto incluía el monitoreo de sus intentos de viajar a la Unión Soviética y a Cuba. Adicionalmente, se ha descubierto que altos funcionarios de inteligencia estadounidense ocultaron en su momento información clave sobre Oswald a la Comisión Warren, encargada de investigar el magnicidio.

Uno de los datos que más llama la atención es la mención de un "grupo dentro de la CIA" que tenía conocimiento previo de la amenaza que representaba Oswald, pero que nunca tomó ninguna acción para impedirlo. Esto ha llevado a algunos historiadores a preguntarse si existió un encubrimiento intencionado dentro de la agencia.

Si bien por un lado la desclasificación de documentos ha arrojado nueva luz sobre el asesinato de Kennedy, para Bolivia lo más inquietante ha sido la confirmación de que la CIA operó con una base secreta en La Paz durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro. Esta noticia, que ha circulado ampliamente en redes sociales y algunos medios bolivianos, pone en evidencia la influencia que la agencia de inteligencia estadounidense ha tenido en la política latinoamericana, también hablan de bases en países como Ecuador y Colombia en la misma época.

La CIA ha sido protagonista de múltiples intervenciones en América Latina a lo largo de la historia reciente, desde la caída de Jacobo Árbenz en Guatemala (1954) hasta la Operación Cóndor, que coordinó la represión de opositores políticos en varios países de la región durante la década de 1970. En Bolivia, su presencia ha sido documentada en varios episodios históricos, por ejemplo la captura del Che Guevara en 1967, en la que agentes estadounidenses desempeñaron un papel importante en colaboración con el Ejército boliviano.

Pero, la pregunta que surge con esta nueva revelación es: ¿cuál era el propósito de la base secreta de la CIA en La Paz? Porque si analizamos el contexto político de la época, Bolivia atravesaba cambios importantes. Paz Estenssoro, líder del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), había regresado al poder en 1960 en medio de un clima de inestabilidad política y económica. Entonces, Estados Unidos, con preocupación por la posible expansión del comunismo en la región, pudo haber establecido la base secreta para supervisar y controlar los movimientos políticos internos del país para evitar esa situación.

La existencia de una base secreta de la CIA en Bolivia no debería sorprender a quienes han estudiado la historia reciente del país. Durante la Guerra Fría, Washington consideraba a Bolivia un territorio estratégico en su lucha contra la expansión de las ideas socialistas. La influencia de la inteligencia estadounidense en la política boliviana ha sido evidente en distintos momentos de su historia.

Por ejemplo, durante la dictadura de Hugo Banzer (1971-1978), se conoce que la CIA trabajó estrechamente con su régimen para combatir a la izquierda política, proporcionando entrenamiento y recursos a las fuerzas de seguridad. De manera similar, en la década de 1980, se ha documentado la colaboración entre agencias de inteligencia estadounidenses y bolivianas en la lucha contra el narcotráfico, lo que ayudó a mantener un margen en su momento.

Pero, más allá de su valor histórico, la confirmación de una base de la CIA en Bolivia nos hace plantear preguntas sobre la soberanía nacional y la independencia de las decisiones políticas. ¿Hasta qué punto los gobiernos bolivianos han sido influidos por intereses extranjeros?

El hecho de que esta información salga a la luz décadas después indica que la historia oficial muchas veces es incompleta. La desclasificación de documentos relacionados con el asesinato de Kennedy y la presencia de la CIA en Bolivia nos recuerdan que los gobiernos ocultan información clave bajo el pretexto de la “seguridad nacional” y que nunca conoceremos la verdad plena. Sin embargo, el acceso a estos datos gracias al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, permite a las nuevas generaciones cuestionar todas las narrativas oficiales y exigir mayor transparencia.

Aunque los documentos desclasificados no ofrecen una respuesta definitiva, sí refuerzan la idea de que la agencia tuvo un rol más profundo en los eventos de 1963 de lo que se ha admitido públicamente. El asesinato de John F. Kennedy sigue siendo un misterio plagado de secretos y sospechas.

Claudia Prado Aguirre es periodista.

El presente artículo de opinión es de responsabilidad de la autora y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.