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s 2025 y vivimos en un complejo tejido social, donde conviven distintas generaciones, desde aquellos veteranos tradicionales hasta la flamante Generación Beta. Cada una de ellas lleva consigo un conjunto único de valores, principios, fortalezas y desafíos, talvez una que otra debilidad también, pero todos moldeados por diferentes circunstancias históricas que las marcaron y la creciente tecnología de su tiempo. Este maravilloso mosaico multigeneracional es una gran oportunidad para aprender y construir juntos un futuro mucho más inclusivo y equilibrado, un mundo en el que podamos complementarnos.

Haciendo un recorrido por las generaciones actuales podemos encontrar 7 que conviven en este momento:

  • La Generación Silenciosa (1928-1945): Son conocidos por su discreción y un gran respeto a la autoridad, ellos crecieron en un contexto totalmente marcado por la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. Las fortalezas que los caracterizan se basan en la disciplina y la lealtad, aunque pueden tener dificultades para adaptarse a los cambios rápidos que exigen las tecnologías modernas y no seguirlas de manera rigurosa. Son muy sabios y experimentados, pero son resistentes al cambio.

  • Baby Boomers (1946-1964): Son los que nacieron en la posguerra, crecieron con un sueño de estabilidad económica y la construcción de una mejor vida. Son muy trabajadores, talvez incansables y han contribuido mucho a la expansión económica y el progreso social actual. Sin embargo, su fuerte arraigo en sus estructuras tradicionales puede generar tensión con generaciones más recientes. Son muy leales y éticos laboralmente, pero a veces fallan en su adaptación tecnológica.

  • Generación X (1965-1980): Son conocidos como la generación de la transición. Ellos experimentaron poco a poco la llegada de la tecnología moderna y la globalización. Son pragmáticos, adaptables y valoran su independencia. Pero, a menudo se sienten muy atrapados entre las responsabilidades familiares y laborales, además de intentar mediar entre generaciones con enfoques divergentes. Parecen encontrar equilibrio entre lo tradicional y lo moderno, pero a veces tienen presión como mediadores generacionales.

  • Millennials (1981-1996): Son los que nacieron en la era digital, buscan flexibilidad y un propósito claro en sus actividades diarias. Son muy innovadores, emprendedores y están conectados con la tecnología de manera profunda. Sin embargo, su afán por cuestionar el status quo puede ser percibido como una falta de compromiso en contextos tradicionales, son mucho más libres y lastimosamente ya no alcanzaron a comprar terrenos baratos. Sin duda su innovación y dominio digital son una gran fortaleza, pero tienen una gran percepción de inestabilidad.

  • Generación Z (1997-2012): Son los que crecieron con acceso total a internet y dispositivos móviles. Muy autodidactas, socialmente conscientes, presentes y buscan autenticidad en sus relaciones. Su habilidad para navegar entornos digitales es indudable, pero también enfrentan desafíos como el exceso de información y una dependencia de la gratificación instantánea que brinda su entorno. Cuentan con gran conciencia social y habilidades digitales. Sin embargo, esto genera impaciencia y gran dependencia de la tecnología, lo que dificulta la propia imaginación.

  • Generación Alpha (2013-2024): Son los hijos de Millennials. Esta generación ha sido educada en un mundo hiperconectado y personalizado. Son pioneros en la utilización de muchas herramientas tecnológicas avanzadas desde una edad temprana, prácticamente desde que nacieron. Tienen un alto potencial creativo, pero también pueden enfrentar problemas relacionados con la sobreexposición a la tecnología.

  • Generación Beta (2025 en adelante): Son flamantes, nuevos de paquete, esta generación crecerá en un mundo donde la Inteligencia Artificial y la automatización serán omnipresentes. Podemos predecir que serán altamente adaptables, pero también tendrán que lidiar con un mundo marcado por la crisis climática y la acelerada urbanización. Si bien cuentan con integración con IA y tecnologías emergentes, todavía no podemos determinar sus debilidades, dependerá de cómo enfrenten los desafíos futuros.

Cada generación tiene atributos únicos que enriquecen a la sociedad, pero también presentan vulnerabilidades que requieren atención.

La indiscutible riqueza de las generaciones radica en su capacidad de complementarse dentro de un entorno que busca separarlos. Los valores tradicionales de las generaciones más adultas pueden equilibrar la energía y creatividad de las más jóvenes, haciendo un gran equilibrio. Por ejemplo, los Baby Boomers y la Generación X podrían actuar como sus mentores, por otro lado, los Millennials y Gen Z aportan ideas frescas y grandes enfoques tecnológicos innovadores.

Una sinergia que se observa en entornos laborales a nivel mundial, donde la colaboración intergeneracional está transformando la forma de trabajar, está generando una nueva estructura, que potencia la innovación y la eficiencia. Aprender unos de otros es una oportunidad inigualable e irrepetible, aunque la convivencia multigeneracional no está exenta de desafíos. La clave se encuentra en fomentar el diálogo, la comprensión y el respeto mutuo. Si lográramos superar prejuicios y enfocarnos en nuestras fortalezas compartidas, podríamos construir una sociedad donde cada generación contribuya al bienestar colectivo, ¿un sueño verdad?

Para concluir, todas las generaciones compartimos un objetivo común: el deseo de dejar un legado positivo para las generaciones por venir y un buen ejemplo, al menos eso sería en un mundo ideal. La diversidad generacional no debería ser vista como una barrera, sino como una gran fuente de riqueza y el motor de cambio necesario. Juntos, debemos aprender a vivir en un mundo donde cada voz, sin importar su edad, sea valorada y respetada.

Claudia Prado Aguirre es periodista. _ El presente artículo de opinión es de responsabilidad de la autora y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo._