
¿Las plantas sin frutos son las causantes del fracaso del proyecto del litio?
as 96 piscinas de evaporación, que terminarán costando 800 millones de dólares, fueron el primer eslabón fallido de una cadena de producción inviable por la falta permanente de materia prima para la producción de carbonato de litio en las tres plantas piloto y dos industriales instaladas en el salar de Uyuni. Estas plantas demandaron algo más de 1.000 millones de dólares durante los últimos 16 años.
Más allá de la inoperancia de las piscinas y de la cuestionada tecnología de evaporación para conseguir la materia prima, resulta que las plantas de litio y de potasio tampoco funcionaron de acuerdo a los anuncios oficiales plagados de grandes cifras y futuro promisorio. Actualmente están en su capacidad mínima de producción.
“La producción industrial se iniciará en septiembre (2013), con una inversión de 350 millones de dólares”, declaró Evo Morales el 30 de octubre de 2009. El matutino Opinión agrega que Morales también anunció que la planta piloto comenzará la producción en 2010 y que la planta industrial estará entre las cuatro más grandes del mundo con una producción de 30.000 toneladas anuales de carbonato de litio.
Obviamente, ni una coma de ese anuncio se cumplió.
Para dar vuelta a la página de fracasos y frustraciones, y retomar los grandes titulares optimistas, el gobierno de Luis Arce Catacora decidió cambiar de tecnología y usar la Explotación Directa de Litio, EDL.
“Bolivia será parte de los grandes productores de litio desde 2027”, dijo Karla Calderón, presidente de YLB, según El Potosí del 19 de julio de 2024.
Con este objetivo, YLB lanzó dos convocatorias internacionales para contratar empresas extranjeras, la mayoría chinas y rusas, que en siete salares deberán instalar varias plantas piloto, es decir seguirá la fase de experimentación, y alguna industrial.
Sin embargo, dos años después de la primera licitación , no se nota avance alguno ni hay prueba científica de que esa nueva tecnología, EDL, funcione en el Salar de Uyuni, la reserva mundial más grande de litio, de donde en 16 años todavía no salió ni un gramo de litio grado batería.
SIN TRANSNACIONALES, EL LITIO PARA LOS BOLIVIANOS
En 2008, en el primer gobierno de Evo Morales y Álvaro García Linera, se decidió descubrir el agua tibia buscando inventar una tecnología propia para la extracción e industrialización del litio en el mar de sal de Potosí, en el marco de una visión estatista expresada en el Plan Nacional de Desarrollo, la Estrategia Nacional del Litio y un par de decretos, instrumentos clave para entender por qué se dirigió el país casi deliberadamente a un fiasco, teniendo las reservas más grandes del planeta.
“Sin transnacionales, el litio para los bolivianos”, una consigna que sonaba bien.
Morales y García Linera se impusieron la tarea de evitar nuevos “saqueos” de nuestros recursos naturales y, en esa línea, dispusieron la nacionalización de los yacimientos de litio, con la promesa de que Bolivia se convertiría en una potencia global, a partir de que el Estado tenga la exclusividad en la exploración, industrialización y comercialización. Además, se anunció una fábrica de baterías de ion litio y hasta de automóviles eléctricos a partir de 2015.
DE LAS CARPAS DE EXPERIMENTACIÓN A LAS PLANTAS PILOTO
Con ese impulso de carácter ideológico, en 2012 y 2013 fueron inauguradas dos plantas piloto: una de cloruro de potasio, producto utilizado como fertilizante, con un máximo de producción de mil toneladas al año, que demandó 18 millones de dólares de inversión, y otra de carbonato de litio, con un costo para el Estado de 19 millones de dólares.
Estas plantas piloto reemplazaron a las carpas donde el equipo del belga Guillermo Roelan experimentó por más de dos años buscando sin éxito la tecnología más adecuada para la extracción del litio.
A partir de las plantas piloto el ingeniero metalúrgico Luis Alberto Echazú tomó el puesto de mando de todo lo referido al litio que es un elemento químico.
En Radio Kausachun Coca, el domingo 14 de julio de 2024, Morales dijo que en su gobierno se instalaron tres plantas con alrededor de 20 millones de dólares de inversión, frente al anuncio de Luis Arce de la instalación de una planta EDL por casi 100 millones de dólares.
Evo Morales, al igual que García Linera, tiene dificultades con los números. Ambas plantas costaron en realidad 37 millones de dólares, monto al que se debe agregar 3,7 millones de dólares que se pagó por una pequeña planta o laboratorio para baterías de ion .
En total, en las tres se gastó 40,7 millones de dólares, sin contar los salarios, materiales y otros gastos corrientes que no fueron pocos.
Ese laboratorio para baterías de ion fue ubicado en la comunidad La Palca, y sirvió de bandera para la campaña electoral de Evo Morales en 2014.
Ya habían pasado seis años de su primer anuncio y Evo no tenía mucho que mostrar, así que en marzo de 2014, se contrató a la empresa china Linyi Dake Trade para la construcción de esa “planta” donde supuestamente se iban a fabricar baterías de litio, cosa que nunca ocurrió. Pero Evo se dio el gusto de inaugurar una “planta de baterías ” y sacarse la foto electoral vestido de mameluco blanco.
DE LAS PILOTO A LAS INDUSTRIALES
El 13 de julio de 2015 el gobierno de Morales contrató a la empresa china CAMC, representada por Gabriela Zapata, expareja sentimental y una cara conocida del presidente, para la construcción y funcionamiento de una planta industrial de cloruro de potasio, es decir fertilizantes, por 178 millones de dólares. Luego se hizo un ajuste y el costo subió a 188 millones de dólares, monto otorgado en calidad de préstamo por el Banco Central de Bolivia. La capacidad máxima de producción debía llegar a las 350.000 t/año de sales de potasio. Es decir, 1.000 t/día, pero empezarían con solo 200 t/día.
Se suponía que los resultados presuntamente positivos obtenidos en las plantas piloto iban a garantizar el éxito de la producción en la fase de industrialización, cosa que tampoco ocurrió. El cuello de botella era el mismo: falta de materia prima, una dramática ironía en medio de la inmensidad del Salar de Uyuni.
Por otra parte, ¿qué sentido tenía invertir casi 200 millones de dólares para producir fertilizantes en el Salar de Uyuni cuando tres años antes, en 2012, se había lanzado la licitación para la construcción de una gigantesca planta de fertilizantes en Bulo-Bulo por 1.000 millones de dólares?.
En todo caso, la CAMC abandonó el salar en 2018 en medio del escándalo por trafico de influencias y el “falso hijo” de Gabriela Zapata y Evo Morales.
Al irse, la CAMC dejó la planta de industrialización de carbonato de potasio funcionando al 1% de su capacidad instalada. En 2021, se anunció como si fuera una victoria que se había llegado al 15%.
ALEMANES PARA EL DISEÑO DE LA PLANTA DE CARBONATO DE LITIO
Un mes después, el 16 de agosto de 2015, a orillas del salar, el gobierno de Morales firmó el contrato con la empresa alemana K-UTEC AG Salt Technologies por 4,8 millones de dólares para el diseño de una planta industrial de carbonato de litio, diseño que debió entregarse en junio de 2016.
Años después, en octubre de 2023, la entonces flamante presidente de YLB, Karla Calderón, declaró a la agencia estatal ABI que los “problemas de diseño” eran causa de las dificultades en la Planta de Carbonato de litio.
En cambio, Evo Morales solo mostró cifras impactantes:
“Con la explotación del litio en 400 kilómetros cuadrados, tenemos para mantenernos un siglo”, dijo esperanzado antes de anunciar una inversión de 995 millones de dólares hasta 2019 para el desarrollo de la industria del oro blanco.
Otro anuncio aumentó la posible inversión a 1.300 millones de dólares. Luego se desinfló a 255 millones de dólares y en la práctica no llegó a 1 millón.
El BLEF ALEMÁN
A fines de 2018, con Juan Carlos Montenegro a la cabeza y con el aval de Evo Morales, YLB llegó a un acuerdo con la firma alemana ACISA SYSTEM, que se tradujo en el D.S 3738.
Se creó una empresa mixta, 51% para YLB y 49% para los alemanes. Fue otra pérdida de tiempo. El 3 de noviembre de 2019, a solo siete días de las fraudulentas elecciones y posterior huida de Evo Morales, se rompió el acuerdo con la derogación de dicho decreto.
¿QUÉ PASÓ?
Inicialmente, el gobierno anunció un contrato por 70 años con los alemanes que dijeron invertirían 1.300 millones de dólares en cuatro plantas de HIDROXIDO DE LITIO y la producción de 400.000 baterías de litio al año.
El decreto 3738, en cambio, habla de una sola planta para 30.000 t/año de hidróxido de litio. La inversión se redujo a 255 millones, dinero que los alemanes obtendrían en créditos avalados por el mismo proyecto y antes de irse se contabilizó que habían gastado menos de un millón de dólares, según el boletín “Tunupa No 108” de la Fundación Solón.
La idea era que una planta de carbonato de litio, que todavía no existía pero que ya se había adjudicado a una empresa china, debía producir 15.000 t/año de carbonato de litio. Esa producción iba a dejar 1.8 millones de t/año de salmuera residual. Esta salmuera residual le permitiría a la planta de los alemanes producir 30.000 t/a de hidróxido de litio, el 82.7% de esta producción iría a la exportación y el restante 17.3 % para la producción de baterías.
El contrato no hablaba de regalías para los potosinos que se levantaron en octubre de 2019, en el mes de las elecciones, y arrinconaron al candidato a Evo Morales, quien tuvo que anular ese contrato.
El INALCANSABLE CARBONATO DE LITIO
La planta de carbonato de litio está mal diseñada y, además, le falta materia prima para operar con regularidad.
En mayo 2018, mientras se negociaba con los alemanes, YLB firmó con la china MAISON-CMEC por 96 millones de dólares, que terminaron siendo 110, la construcción de una planta para la producción de 15.000 t/a de carbonato de litio, planta que debía ser inaugurada en los siguientes 14 meses, en julio de 2019. Otro anuncio incumplido.
La MAISON es una empresa constructora que no tenía idea sobre la producción de litio y que siguió el diseño dejado por los alemanes de la K-UTEC.
¿Y El AGUA?
En 2022, mientras los chinos de la MAISON continuaban demorando la inauguración de la planta de carbonato de litio, YLB se dio cuenta que dicha planta no disponía de agua, elemento que se requiere en grandes cantidades. Para superar “el olvido”, ordenaron la construcción de una planta que bombee y filtre agua obtenida de ocho pozos ubicados en la periferia del salar de Uyuni. De los iniciales ocho pozos se saltó a 30 pozos para cubrir la demanda de las dos plantas, de carbonato de litio y la de potasio.
Paradójicamente, la planta de agua fue adjudicada al proponente que ofertó el precio más caro, a la empresa “Carlos Caballero” por 49 millones de dólares. El evismo potosino interpuso una denuncia por aparente corrupción en la planta de tratamiento de agua, pero el Ministerio Público rechazó investigar el caso.
En octubre de 2023, la presidente de YLB, Karla Calderón, reconoció que la planta de carbonato de litio estaba mal diseñada.
“En la planta de Carbonato de Litio se encontraron bastantes inconvenientes, bastantes dificultades en lo que respecta al diseño, (…) el hecho es que nosotros tuvimos que rehacer bastantes cosas, desde cero, básicamente”, confesó Karla Calderón, presidenta de YLB, el 23 de octubre 2023. La nota de ABI agrega que dicha planta producirá 15.000 t/año a. Partir de 2024. Otra meta incumplida.
Sin embargo, a fines de 2023, sin probar su funcionamiento, Calderón a nombre del gobierno recepcionó la planta de Carbonado de Litio de manos de la MAISON-CMEC, una empresa constructora que demoró casi seis años en un trabajo comprometido para 14 meses. No le aplicaron multas.
“El retraso en la industrialización del litio se debe a las fallas de diseño de la planta. (…) Karla Calderón advirtió que la recepción de la Planta Industrial no implicó una operación inmediata. “Debido a las falencias iniciales, se anticipan complicaciones para alcanzar la máxima capacidad operativa.” Los Tiempos, 21 de abril de 2024.
Después, YLB anunció esperanzada que esta planta iba a trabajar al 20 % de su capacidad instalada con la meta de producir 3.000 t/a de carbonato de litio. Ni siquiera esta modesta meta se ha podido cumplir.
**LA HISTÓRICA INAUGURACIÓN **
EL 15 diciembre de 2023, el presidente Arce Catacora, en un día calificado de “histórico”, inauguró finalmente la Planta de Carbonato de Litio.
“Hoy es un día histórico, ya no solo celebramos la inauguración de las operaciones de nuestra planta industrial de producción de carbonato de litio sino que también damos un paso trascendental en el desarrollo económico del país al sumergirnos de lleno en el proceso de industrialización de nuestro valioso recurso de litio”, afirmó el presidente Luis Arce Catacora, el 15 de diciembre de 2023.
En diciembre de 2023, el presidente Luis Arce inauguró la planta de carbonato de litio , un planta mal diseñada y sin materia prima suficiente.
Semanas después de los discursos, fiesta, titulares, y fotografías, se constató que esa planta seguía sin arrancar por falta de materia prima.
“Se adjudicó una planta industrial sin considerar de dónde se iba a obtener la materia prima. A pesar de ello, en 2024 se producirán 3.000 Tn de carbonato de litio, con el 20% de la capacidad de la planta, por falta de materia prima, son problemas heredados..“, Karla Calderón, presidenta de YLB., Los Tiempos, 29 de marzo, 2014.
Y en abril, el gobierno decidió echarle la culpa a las 18 piscinas mal construidas, tal como detallamos en la nota anterior.
CIFRAS DE UNA CATÁSTROFE
“YLB acumula pérdidas por 40 millones de dólares. Los salarios subieron de 7,6 a 14 millones de dólares“, Brújula Digital, 4 de junio de 2024.
Gonzalo Mondaca, investigador del Centro de Investigación e Información de Bolivia (CEDIB), hizo cálculos a partir de documentos oficiales de la desaparecida Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE) y de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), y estableció que entre 2012 y 2021, el Estado asignó un presupuesto de 1.231 millones de dólares para desarrollar la industria del litio en Bolivia, de los cuales la ejecución estuvo por debajo del 48% y el retorno de la inversión en ventas apenas llegó al 7%, según un reportaje publicado por el portal La Nube.
Otros cálculos más actualizados dan cuenta que las inversiones estatales habrían alcanzado los 2.000 millones de dólares y se estiman pérdidas por al menos 11.000 millones de dólares en estos 16 años del frustrado proyecto estratégico del litio.
Mientras Bolivia perdió 16 años de oportunidades, nuestros vecinos y competidores tomaron la delantera en el mercado mundial del litio.
De acuerdo al Servicio Geológico de Estados Unidos, los países que exportaron litio en 2023 son: Australia, 86.000 t ; Chile, 44.000 t; China, 33.000 t ; Argentina, 9.600; Brasil, 4.900 t; Canadá, 3.400; Zimbabue, 3.400; Portugal, 380 t.
Bolivia no figura en esta nómina, pero YLB informó que sí realizaron exportaciones.
“En el primer semestre de 2024, se comercializaron 270 t de carbonato de litio por 2,7 millones dólares”, Los Tiempos, 5 de julio de 2024.
2,7 millones de dólares es una cifra ínfima en comparación a Chile que exportó $us 6.000 millones de carbonato de litio y $us 1.000 millones de hidróxido de litio
Además de los volúmenes, la diferencia con otros países es el grado de pureza del carbonato de litio. La planta de Llipi no produce litio grado batería y por lo tanto su exigua producción tiene menor precio y requiere de una fase adicional de refinación para competir en el mercado mundial.
¿Qué o quiénes causaron este desastre? ¿Las nuevas plantas con tecnología EDL revertirán el fracaso de la explotación del litio en Bolivia?
Todo en el próximo capítulo de: LAMENTO BOLIVIANO, TERCER ACTO.
Reportaje ganador del fondo concursable convocado por la Asociación de Periodistas de La Paz. Segunda Parte.