
ste es un tema que tiene mucho que ver con el desarrollo económico de los países, con la organización de las universidades públicas y privadas, así como con la cultura y la ideología dominantes de las sociedades.
Existen pocos latinoamericanos que ganaron hasta ahora los premios Nobel de física, de química, de medicina, de literatura, de economía (esta última instituida recién en 1989) y de la Paz.
Desde que existe el premio en 1901, los latinoamericanos ganaron 18, los estadounidenses cerca de 400, el Reino Unido, Alemania y Francia con más de 100.
Los premios Nobel son premios honoríficos que se otorgan a las personalidades y académicos del mundo por sus notables contribuciones a la humanidad, al progreso, a las innovaciones científicas y técnicas, así como a la lucha por la Paz en el mundo y en los países, así como al bienestar de las sociedades.
En América Latina 6 fueron los galardonados de Argentina, 3 en México, 2 en Chile, 2 en Guatemala, 1 en Colombia, 1 en Brasil, 1 en Costa Rica, 1 en Perú y 1 en Venezuela. El ganador peruano fue Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, que siempre menciona a Cochabamba, Bolivia, en sus discursos y libros, ciudad donde vivió su infancia y aprendió sus primeros conocimientos de literatura.
Sorprende que no haya más galardonados de Brasil, donde se encuentran 4 de las mejores universidades de América Latina, según los rankings internacionales de evaluación de las universidades del mundo. No debe sorprender que hayan también galardonados provenientes de países “chicos” como Guatemala, Costa Rica y Colombia.
Lamentablemente solo hubo 54 mujeres galardonadas hasta el presente provenientes sobre todo de los países desarrollados. Se menciona que existen pocas mujeres debido a las malas condiciones de trabajo en que ejercen sus actividades, al acoso laboral y a la doble jornada laboral que realizan entre el hogar y el trabajo. En los países desarrollados se realizan reformas en las universidades para mejorar las condiciones de trabajo de las mujeres.
En Bolivia es difícil, sino imposible, que puedan haber estudiosos (as) y académicos bolivianos que puedan realizar investigaciones científicas y académicas sobresalientes en las diversas áreas del saber dignas de ser tomadas en cuenta internacionalmente. Esto a pesar de las decenas y cientos de investigadores a tiempo completo en las diferentes facultades e institutos de investigación en las universidades públicas y privadas. ¿Cómo es que no elaboran investigaciones de calidad teniendo buenos salarios y condiciones de trabajo?
La baja calidad de la enseñanza en las universidades públicas y privadas de Bolivia (incluyendo a las universidades católicas) es general. Una de las razones del bajo nivel de la enseñanza es que el 98% de los profesores, tanto en las universidades públicas y privadas tienen apenas nivel de licenciatura y no de doctorado.
Este bajo nivel de los licenciados significa que esos profesores no han elaborado después de las licenciaturas realizadas en las facultades tesis originales en las diversas ciencias, no han profundizado sus conocimientos y no han formulado aportes nuevos al conocimiento universal en las diferentes ramas académicas y científicas.
El bajo nivel de los profesores licenciados de las universidades bolivianas pretende ser compensado con los llamados “posgrados” y “magísteres” que se han creado en los últimos 10 a 15 años. Esto nuevos títulos universitarios de Bolivia, no podrían compensar, sin embargo, la falta de tesis de investigación de alta calidad, y no podrían constituir aportes a la enseñanza de los estudiantes.
Otro factor negativo fue también incluido en los últimos 10 a 15 años en las universidades públicas y privadas de Bolivia, el llamado “diplomado de Educación Superior”, proveniente de Cuba. Con este diplomado, consistente en algunas técnicas de enseñanza (sinópticos, cuadros, figuras, colores, etc.) los licenciados profesores podrían “saltar” la falta de tesis, es decir, la falta de aportes científicos nuevos al conocimiento.
En Cuba este tipo de enseñanza, además de rebajar el nivel de enseñanza de los estudiantes, pretende sobre todo impedir autoritariamente el acceso al conocimiento científico y académico de los estudiantes y profesionales. Esta es otra técnica del llamado “socialismo del siglo XXI” para impedir el desarrollo de la investigación científica en las universidades bolivianas.
En el caso de las universidades y facultades bolivianas, se podría mejorar en un futuro próximo, la enseñanza y la investigación de calidad de las universidades públicas y privadas. Con el tiempo, con los años, el nivel de las investigaciones podría alcanzar un nivel de calidad internacional en las diferentes ciencias y conocimientos.
Para esto es necesario, que las universidades mejoren su planta de profesores incorporando por lo menos un 30% por lo menos de docentes con niveles de doctorado. Además, se requiere que un 30% de los profesores de cada facultad contraten a por lo menos un 30% a docentes provenientes de otras universidades, sobre todo de universidades extranjeras.
Lo que se hace en las universidades bolivianas, incluyendo a las privadas y católicas, es rechazar y discriminar a los bolivianos que han estudiado y obtenido sus doctorados en las universidades extranjeras.
Bernardo Corro Barrientos es economista y antropólogo.
El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.