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ientras el dirigente campesino del evismo fue enviado a la cárcel acusado de delitos de terrorismo y alzamiento armado, Marcos Roberto de Almeida, líder del Primer Comando de la Capital (PCC), una organización dedicada al tráfico de drogas, armas y seres humanos, fue entregado a autoridades brasileñas en la frontera.

Ponciano Santos fue parte de la conducción de bloqueos carreteros entre octubre y noviembre del año pasado y era buscado por la Policía para ejecutar una orden de aprehensión. El viernes, en la movilización del evismo en La Paz, fue detenido y luego un juez lo envió a la cárcel de San Pedro con detención preventiva por seis meses.

El doble rasero de las autoridades judiciales y gubernamentales bolivianas tiene que ver con la rivalidad política con la facción de Evo Morales y el temor de que integrantes del PCC puedan generar motines y otros hechos violentos en cárceles bolivianas, una admisión del débil sistema penitenciario en el país.

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Marcos Roberto de Almeida, alias Tuta, considerado como uno de los principales cabecillas del temido PCC, la mayor organización criminal de Brasil, fue detenido el viernes en Santa Cruz cuando intentaba renovar su carnet con identidad falsa.

Un vasto operativo policial rodeó la entrega de Tuta a autoridades de la Policía Federal de Brasil, tal como ocurrió con otros capos del PCC durante la gestión del ahora exministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, quien solía estar presente en la expulsión de brasileños integrantes de la organización criminal.

El fiscal general, Róger Mariaca, quedó en off side luego de señalar que Marcos Roberto de Almeida debería ser sometido a una audiencia de medidas cautelares porque fue detenido en flagrancia cometiendo el delito de falsear su identidad en el país con la renovación de una cédula que lleva un nombre distinto al original.