
ólo una letra las separa y les cambia el significado a estas dos palabras. Bueno… y también una tilde. Pero entre alergia y alegría la cosa está clara. La una es buena y la otra es mala. Alegría me dan organizaciones como el SAR Bolivia, con todas sus filiales, o los bomberos GEOS, para mencionar algunos ejemplos. Ellos apagaron una gran cantidad de perversos incendios provocados el 23 de junio.
Alergia me provoca la novelita desarrollada por evistas y arcistas, metidos en una pugna política que sólo tiene afanes distractivos y dejan paralizada a Bolivia. La dejan empantanada, tal como sucedió en el pasado siglo XX, sin soluciones, pero sí con diputados y senadores chupa sangres, inútiles, y vividores.
La alegría sale disparada y nos proporciona una caricia al alma, cuando nos enteramos noticias como la creación de nuevos productos con alto valor agregado, por empresarios que aún creen que pueden hacer negocios en territorio boliviano.
Pero la alergia asciende cuando te das cuenta de que necesitas, para hacer todo legal, y crear y operar una empresa debes gestionar 200 trámites en 55 oficinas que, en el mejor de los casos (si no te observan nada), puede demandarte hasta 60 días a un costo de Bs 12 mil. El ranking Doing Business indica “Bolivia sigue siendo un país donde es muy complicado hacer negocios”. Y coloca al país en el puesto 150 de 190.
Para empeorar las cosas, y claro, la famosa alergia, el Índice de Desarrollo Humano o IDH, que elabora las Naciones Unidas para medir el progreso de un país indica que los bolivianos tienen una mala calidad de vida.
Cada año se celebra la semana mundial de la alergia, a fines de junio. En 2024 la Organización Mundial de Alergia (OMA) ha elegido como temática central la alergia a los alimentos. En 2023 el tema fue El cambio climático empeora las alergias y en 2022 La conexión entre el asma y la alergia.
La Semana Mundial de la Alergia es una iniciativa anual de la OMA, junto con sus Sociedades Miembros, para crear conciencia sobre las enfermedades alérgicas y los trastornos relacionados con estas, y así abogar por facilitar capacitación y recursos en el diagnóstico, manejo y prevención de estas enfermedades.
Esta organización aún no se ha percatado de los brotes alérgicos y brotes de estrés que aparecen entre los emprendedores bolivianos, provocados por los ineptos, corruptos y maleantes funcionarios públicos que atentan contra la salud emocional y laboral de quienes no están en el jueguito de ser un parásito y un aprovechador.
Pareciera que la alegría, proveniente del arte, la música, o los éxitos de los compatriotas en el exterior, puede ser un paliativo para contrarrestar la alergia masista, pero no es suficiente.
Hasta mientras aguantamos la pésima gestión económica, la falta de dólares y combustible y los descalabros provocados a los 42 años que vivimos en “democracia”, gracias a los autoprorrogados magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional.
Así que ando buscando pastillas contra la alergia a la pluri pelotudez masista, pero de momento sólo tengo pastillas de alegría, pastillas de desemputín y de Pendejicina, que cura lo pendejo, para no votar en 2025, por ratas, delincuentes, y mamones socialistas del siglo XXI.
Mónica Briançon Messinger es periodista
El presente artículo de opinión es de responsabilidad de la autora y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.
