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E

l MAS, en los cerca de 20 años de gobierno, ha logrado degradar todo, la economía, la política, la convivencia social, la moral, todo, todo está embarrado sin remedio.

Las otrora heroicas luchas sociales en las calles y caminos que lograron importantes victorias para la nación boliviana, hoy son apenas un hermoso recuerdo convertido en un depravado ejercicio con fines espurios por las fracciones masistas.

La lucha interna en el partido de gobierno es el efecto más notorio del fracaso del Estado Plurinacional que en su fase final devora a sus progenitores en un festín troglodita. En su presterio financiado con recursos estatales, arrastran a toda la sociedad a una lucha que no es la suya pero que le afectará por un largo periodo.

Ciertamente esta confrontación tribal no puede proseguir de manera indefinida, está llegando el momento del desenlace que para ser democrático tendrá que ser castigando al MAS. Una sociedad en conflicto permanente tiende al caos, a estas alturas Bolivia ya vive un presente distópico, el descontrol de la economía por la ineptitud gubernamental en lugar de encontrar una salida más bien se profundiza y es acompañada por una incapacidad creciente de enfrentar las demandas sociales que se agravan cotidianamente con episodios de mayor violencia, pero lo más grave, es la vulneración de valores y principios básicos que dejan a la sociedad sin destino posible.

El bloqueo de caminos no es una demostración de fuerza pese a su virulencia, es más bien una manifestación del pavor que tiene Morales Ayma de cumplir con la ley y asumir responsabilidades por los supuestos delitos que cometió a lo largo de estos años, le cuesta entender que debe sentarse en el banquillo de los acusados al que jamás creyó que llegaría.

Como se tiene anunciado, el criminal bloqueo de caminos seguirá y solo podría ser suspendido si se frenan todos los procesos penales por trata de personas y pederastia abiertos en contra del expresidente, vistas las cosas de esta manera si por azares del destino dialogan los contendientes, el mismo no seria nada más ni nada menos que un diálogo mafioso en busca de la impunidad de Morales Ayma cuyas vulneraciones están instaladas en la memoria colectiva.

Otra probabilidad es, que frente a la debilidad extrema del gobierno de Arce Catacora, se adelanten las elecciones en la ilusión de que ellas resolverían todos los problemas por obra y gracia de las urnas Un adelantamiento de unos cuantos meses no resolvería nada, logrando solo liberar de sus responsabilidades al gobierno, en suma, el placebo temporal favorecería al MAS y desencadenaría en el nuevo gobierno una crisis más profunda e insalvable.

El pedido de los evistas de sacar del gobierno a Arce Catacora y darle una salida fingidamente democrática, activaría la prelación constitucional que recaería en Choquehuanca, Rodríguez o finalmente en Huaytari, lo que solo agudizaría el conflicto interno por la relación de todos ellos con una de las fracciones.

Un tercero en el MAS no existe, porque todos los miembros de su cúpula, en su afán de quedarse con el botín estatal se alinearon con el evismo o con el arcismo, lo que les imposibilita una salida al margen de las fracciones y de las pasiones personales de sus conductores.

La locura evista impulsa una solución de fuerza ante la inviabilidad de una democrática, pero dado el contexto internacional una ruptura de estas características tendría patas cortas. Por otro lado, las cúpulas militares están escaldadas de intervenir, no por ser respetuosas de la Constitución y las leyes sino porque no quieren corren la suerte de comandantes anteriores que terminaron en la cárcel o con procesos judiciales interminables, abandonados a su suerte por su propia institución que es conducida por mandos mediocres e intrascendentes.

Algo parecido sucede con los mandos de la Policía Nacional que están vergonzantemente adscritos al Ministerio de Gobierno y cada vez más alejados de la soldadesca que es utilizada como carne de cañón ante cualquier conflicto sin que nadie los defienda de las agresiones ilegales de los revoltosos.

La oposición no pesa, prefieren hacerse de la vista gorda de lo que ahora sucede, sueñan con las elecciones del 2025 como si nada pasara hoy en día.

El masismo ha cerrado todos los caminos para una solución entre ellos a su lio interno, no habrá ni diálogo ni intervención militar, por decisión propia transitan la ruta de la inviabilidad impuesta por Evo y Lucho, ninguno de ellos ganará la pulseta porque en la medida que pasa el tiempo ella ya no esta en sus manos sino en la decisión ciudadana, calcularon mal suponiendo que al no estar estructurada una conducción opositora harían lo que querrían.

No queda otra que la ciudadanía indispuesta de tanta vergüenza sin organización ni conducción política y producto de la indignación colectiva ante el comportamiento personal ético moral de los gobernantes y exgobernantes, ponga las cosas en su lugar.

La indignación ciudadana cumplirá con la tarea que los líderes y las instituciones llamadas por ley se negaron a hacerlo.

La crisis generalizada sólo puede ser enfrentada y resuelta por la moral ciudadana proscribiendo del poder a los infames. El desenlace esta próximo, será impuesto por el pueblo.

Germán Gutiérrez Gantier es abogado y político.

El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de Datápolis.bo.